miércoles, 10 de junio de 2015

Extraños eones de Emilio Bueso

En este año de silencio blogueril si he descubierto un autor que se me antoja imprescindible es Emilio Bueso. Autor de genero donde los haya.

En Esta noche arderá el cielo nos cuenta la historia de un perdedor que emprende una huida de reconciliación a través de la transtaiga la carrera canadiense más al norte del globo, esta novela es una gozada pulp, que acaba con un desparrame a lo Cabin in the woods que para algunos era un desmadre, pero que a mí me entusiasmo.

Diástole es una historia que trata del arte y la creación, emparentada en cierto modo a Solo los amantes sobreviven de Jim Jarmush, -pero pasando cosas-  considerada su obra más redonda y estimulante. 

Y aquí llegamos a Extraños eones.

El Arafa es el cementerio más extenso de África, situado en el Cairo en él habitan miles de niños sin hogar ni padres, habitan entre tumbas panteones, enterrados en vida y desaparecidos para el sistema que no quiere conocer de su existencia. Un grupo de chicos se verán  inmersos por casualidad en un plan para destruir la vida tal y como la conocemos de una forma Cthuliana (al final crater de pus y lava). 

 Bueso coge los mitos de Cthulhu y les da una vuelta de tuerca con una ambientación a lo goonie desarrapado. La primera parte de la narración nos explica las historias de los chicos, capitulo a capitulo, dando mucha penilla ante tanta miseria y tanto buscavidas de metro cincuenta, en un tono de realismo sucio, social y irónico cargado de frases desconcertantes. Porque cuando empieza una frase con Bueso no sabes como acabar pues acaba en un precioso desconcierto, en un golpe que no sabes de donde ha salido. 

La segunda parte de la narración nos sume en otra realidad, entra el terror más puro, más clásico más lovecraffiano todo tentáculos, babas y cosas viscosas, en un final muy Providence. Y siguen sus frases brillantes, sus toques desconcertantes y sus apuntes exactos (puro humor  negro en algun caso). 

Y todo acaba en una metáfora sobre la sociedad y los niños olvidados  que realmente no sabes nada de ellos, porque como los dos turistas de Barcelona que aparecen en la novela no queremos saber o que estando en el Cairo no hemos mirado en los barrios degradados. Y es igual que se vean perseguidos por terror cosmico o por un sistema que los olvida. Pura desazón.

¿Es buena? Si y mucho.
¿Gustarà a todo el mundo? No, porque Bueso no escribe fácil, repite setencias lapidarias cual mantra, a veces chirria. Normalmente funciona.  Porque sus páginas desconciertan y muestran mucha realidad  incomoda. Puro terror, pura desazón.



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